«Muchas gracias de verdad por la tarde tan maravillosa que pasamos y con el encanto y la naturalidad que haces tu trabajo»
Cuando te dicen esto, te entra un subidón inexplicable. Y es que cuando valoran tu trabajo de esta forma, sabes por que te dedicas a esto.

Isabel y Benito, que son unos apasionados de la naturaleza, tenian claro, que quería que su preboda fuera en un sitio así, rodeados de arboles, agua y tranquilidad.
En esta ocasión, nos fuimos al embalse de los canchales, cerca de Mérida, a pasar una tarde entre risas. Aunque Benito no es «muy de fotos», enseguida empezó a soltarse, y se le pasó el nerviosismo, todo lo contrario que Isabel, que era un torbellino de felicidad, y eso es lo que me gustó de ellos, son muy diferentes, pero se complementan a la perfección.




























