Es un placer poder realizar una sesión en un embalse con 2000 años de antigüedad, en el que la gente sigue disfrutando dándose un baño, o tomándose una cerveza en su orilla. Y es que saber, que desde este lugar se abastecía de agua a la antigua Emérita Augusta, es todo un lujo.




Este fue el lugar que eligieron Soraya y David para su sesión de preboda, y entre el lugar y ellos, no puedo estar más contento del resultado.
No dejaban de hacerse caricias y gestos de cariño, y es que solo basta ver como se miran para ver la admiración que tienen el uno del otro. Y es que lo primero que se ve de ellos es la alegría y espontaneidad que desprenden, y así me lo hicieron ver durante la sesión, hablamos de todo un poco, como si me conocieran de toda la vida.
La verdad, que pasé un rato muy agradable chicos!






















